Todavía no he tenido la oportunidad de ir a una boda a la orilla del mar, pero puedo prometer que me encantaría asistir a una. ¿Por qué? Creo que son realmente especiales, aunque en los últimos tiempos están perdiendo ese halo de originalidad ya que, desde que se pusieron de moda, en los años 70, cada vez se hacen más bodas de este tipo.  Un tema clave en que una boda ibicenca o playera se todo un éxito, por supuesto es la decoración de la misma. Las flores y velas, tienen gran parte de culpa. Los asesores recomiendan siempre ponerte en contacto con wedding planners u orientadores profesionales que saben exactamente lo que necesita tu ceremonia para cumplir con todos los requisitos. Pero si quieres ahorrar estos costes, y hacerla sin intermediarios, cada vez más parejas se animan a ello.

Esparcir pétalos de rosa o de otras flores típicas de la estación del año, en la arena, es una idea muy recurrente. Casi siempre, vemos cómo los asientos o sillas están cubiertos por fundas blancas, y cómo sus materiales suelen ser madera, piedra e incluso mimbre.

Lo que se pretende es jugar con los elementos de la naturaleza y utilizar el mar como perfecto marco de una estampa tan romántica, la de los dos contrayentes, a orillas de la playa. Fijense en la foto inferior cómo las sillas están perfectamente alineadas. Me gusta el toque rústico y ceremonioso de la imagen. Además, todo en total simetría. Creo que ésta es otra clave en que la ambientación funcione. La organización de los poquitos elementos decorativos.



Hasta el Pastel nupcial puede estar perfectamente integrada con el contexto playero.Mirad qué monada de pastel han preparado los amigos del blog Wedding trends.